martes, 21 de abril de 2015

Invitación a la caligrafía

«¿Qué tiene de adictivo esta disciplina? Anna lo define de manera muy gráfica: “Es una actividad que te saca de tu parloteo cerebral continuo”. Tanto es así que los efectos derivados de esta práctica pueden ser más beneficiosos de lo que parece a simple vista. Violeta, que además de psicóloga es calígrafa aficionada, explica que “practicar la caligrafía es una actividad que predispone a la conciencia plena, al ‘aquí y al ahora’, por lo que tiene mucho que ver con los estados meditativos. Su ejecución exige un estado mental en el que no tienen cabida ni el estrés, ni las preocupaciones, ni las tensiones musculares, ni los pensamientos intrusivos”. Coincide aquí Dirty Harry, ilustrador enganchado a dibujar letras, diciendo que “es muy adictiva la sensación de que todo lo demás no importa, sólo el trazo que estás realizando en ese momento. Centrarse en algo que te apasione durante unos minutos te hace afrontar el resto del día con otra mentalidad. Es una especie de yoga creativo”. Para Oriol, “la caligrafía está en la base misma de nuestra cultura y nos mejora como personas. También nos hace ser más responsables y conscientes de nuestras acciones y pensamientos”. Y no sólo eso, la caligrafía te pone en contacto con tu yo artista, tu yo creativo. “Una vez –dice Deiana– que cruzamos los límites de los temores como ‘yo no sé hacer eso’ o ‘soy nulo en plástica’, la creatividad comienza a fluir y establecemos un vínculo tan fuerte con los que estamos creando que olvidamos el resto de preocupaciones”.»