viernes, 21 de septiembre de 2007

el lector esceptico

"Los libros que dejan la mayor huella en nuestro espíritu y en nuestra inteligencia no son siempre aquellos que nada nos revelan y ante los cuales coincidimos absolutamente, sino sobre todo esos que nos cuestionan y nos permiten que los cuestionemos; esos que nos dejan más inquietudes que rotundidades; esos, también, que nos hacen ver nuestra, a veces olvidada, capacidad de pensar".

Juan Domingo Argüelles, "Elogio del lector escéptico"
en revista Libros de México, n. 86, agosto-octubre de 2007

el lector esceptico

"Cuando se lee mucho y se piensa poco, el libro es un instrumento terriblemente eficaz para la falsificación de la vida humana".

José Ortega y Gasset
(citado por JD Argüelles en el mismo texto)

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Salsa agridulce

"Salsa agridulce para el sector: ¿es mejor leer un mal libro que ver una buena película? Sin duda no, y por eso es tan importante editar bien, porque la competencia de las otras industrias del ocio es feroz".

Jordi Nadal, "La profesionalización de los editores y los libreros"
(ponencia presentada en el I Foro Internacional de Editores, FIL Guadalajara)

COLOFON DEL SIGLO XII

"Yo, que he copiado esta historia, o, más exactamente, fantasía, no doy crédito a sus detalles. Algunas cosas son diabólicas mentiras, y otras poéticas invenciones; unas parecen posibles y otras no; varias son para que las disfruten los idiotas".

Libro de Leinster
(citado por Belisario Betancur, ex presidente de Colombia, en el I Foro Internacional de Editores, FIL Guadalajara)

jueves, 6 de septiembre de 2007

Paginas ilegibles

Cada día son más las páginas impresas y electrónicas saturadas de información.

En lo virtual, cuando no están parpadeando, o cambiando su fondo de positivo a negativo cada medio segundo o cambiando de color sin ton ni son, usan colores chillones fluorescentes o al contrario, sin contraste (y por lo mismo los comentarios no lucen), o la página nunca se carga por estar esperando un bendito video o la canción de moda. A veces no hay nada qué leer, es cierto, porque sobre todo a los usuarios de fotologs y sitios de encuentro no les interesa (es triste cuando los chavitos o muchachas guapas ponen "ni me gusta leer"), pero ¡ah cómo tarda uno para ver las fotos anheladas de rostros bellos o cuerpos en bikini!

En lo impreso, sobre todo en revistas "juveniles", la saturación de imágenes, el uso indiscrimado de colores y las tipografías grandilocuentes (por no hablar de las abreviaturas y errores hortográfikos) convierten la lectura en algo menos apetecible.

Ya lo dijo Emil Ruder:

"La tipografía está sometida a una finalidad precisa: comunicar información mediante la palabra impresa. Ningún otro argumento ni consideración puede librarla de este deber. La obra impresa que no puede leerse se convierte en un producto sin sentido".

miércoles, 5 de septiembre de 2007

No solo picar piedra

Un hombre, al pasar frente a una cantera, vio a tres operarios labrando la piedra. Preguntó al primero:
—¿Qué hace?
—Ya ve, cortando estas piedras.
El segundo le dijo:
—Preparo una piedra angular.
El tercero se limitó a decir impávido:
—Construyo una catedral.

Hernando Pacheco
(Citado por Edmundo Valadez, El libro de la Imaginación, FCE, 1984)

“Ese tercer hombre, el único que en medio de su tarea específica no perdía la conciencia de ser parte de un proceso total, que en sus primeras etapas no todos alcanzaban a ver como un conjunto, pudo haber sido un editor.

“Una edición se hace con la concurrencia de decenas de personas, que participan desde la perspectiva de distintos oficios y especialidades y, sin embargo, nadie se responsabiliza del proceso conjunto porque todos se conforman con “picar su parte de la piedra”.

“Ese es el editor, el que está día y noche al lado de los que sólo “pican piedra”, para ver que lo hagan bien y defender los más altos intereses del libro y la revista como un todo. El editor suele ser el único que sabe que no está “picando piedra”, sino construyendo una edición, ya que su compromiso no es con las partes del proceso, sino con el texto, su forma, su contenido y la función que puede llegar a cumplir una vez publicado”

Gerardo Kloss Fernández del Castillo, El papel del editor, UAM, 1998.

La muerte de la novela

"La figura del editor tiene hoy el estatus de la Eminencia Gris, del tercero en disputa, como si se tratara de un sórdido triángulo amoroso en la relación novela-lector. La industria editorial se ha convertido en el virus que destruye a la obra literaria. Basta con leer los reportes que escriben los dictaminadores de las editoriales: formatos generalizadores, dotados de la fría abstracción de un acta de censura, que calculan la incidencia en el público, para quién está destinada la obra, si ésta requiere de correcciones, recortes o ampliaciones, para darnos cuenta de cuál es el criterio y cuál la norma. Y de esta perversa forma de valoración es de donde surgen los llamados "éxitos editoriales": literatura de marca, de alta costura. De ahí salen al público, rodeadas de una crítica mercenaria en periódicos y revistas para que, finalmente, lleguen a las aulas universitarias donde son estudiadas, se organicen simposios y encuentros y se admitan como tema de tesis.

"Sería imposible que un editor en sus cabales publicara una obra como El proceso. Hoy se distingue y se premia el buen tino de tal o cual editor para descubrir a un autor. El editor se ha convertido en una suerte de demiurgo que inventa a los autores, situándose de este modo entre la obra literaria y los lectores. El editor es hoy el verdadero "inventor" de una obra, incluso de corrientes literarias enteras, y es él quien decide los modos de su difusión, los alcances que puede tener y sobre todo sus posibilidades de acceder a los grandes números del mercado".

Mauricio Molina, diario Reforma, 15 de julio de 2007